lunes, 25 de julio de 2016

Circular interna: A TODOS LOS DIRECTORES Y DIRECTORAS DE CÁRITAS DIOCESANAS

Venta no autorizada de “La Nueva Biblia del Papa Francisco”

Queridas amigas y amigos:
El motivo de esta circular es informaros de que se está vendiendo, sin autorización, laNueva Biblia del Papa Francisco” alegando que  los beneficios son para Cáritas.
Os comunico que Caritas Española no tiene nada que ver con este hecho; por nuestra parte, estamos estudiando la posibilidad de emprender algún tipo de acción legal por el uso no autorizado de nuestro nombre y nuestro logo. Informaros, también, que la Biblioteca de Autores Cristianos sí está iniciando acciones legales por el uso no autorizado de derechos de autor.
El procedimiento que se está siguiendo para la venta de esta Biblia es ofrecerla por teléfono, asegurando que el beneficio de la venta es para Cáritas. Aunque no exclusivamente, están llamando de forma preferencial a parroquias, sacerdotes y residencias de religiosas.
Os rogamos que le deis la máxima difusión a este hecho.
Agradeciendo vuestra colaboración, recibid un cordial saludo.

viernes, 1 de abril de 2016

UNA COMIDA DIFERENTE


          Una comida diferente

  Profunda reflexión sobre lo que son "actitudes sociales"

 Pagó la última ronda de unas cervezas que le habían sentado estupendamenteamente después de una intensa semana de trabajo, se lo habían pasado bomba despotricando del viaje del Papa, de la hipocresía de la
 Iglesia , de todo lo que les pedía el anticlericalismo que los unía como la amistad que se profesaban y que les servía para estar colocados en la misma empresa pública de la Junta.

Se fue a casa para comer algo antes de echarse una buena siesta, pero de camino se encontró con un olor que lo llevó directamente hasta el paraíso efímero de su infancia. Un olor a cocido, a caldo humeante, el aroma que lo recibía cuando llegaba a su casa después del colegio, con su madre atareada en la humilde cocina donde la olla hervía sin cesar.



Entró en un local que le pareció un restaurante modesto, pero con encanto; iba distraído, pensando en el Informe Técnico sobre Prevención de Riesgos Psicosociales de las Personas Expuestas a Situaciones de Disrupción Económica Familiar que le habían encargado
 en la empresa pública donde trabaja. En realidad, no era un restaurante; sino un autoservicio frecuentado por gente de toda condición. Había personas ataviadas a la antigua usanza, junto a individuos solitarios que vestían según las normas alternativas del arte povera.



De pronto abrió los ojos y se quedó pasmado al comprobar que, quien le
 servía la comida en la bandeja, era una monja. Aquello era un comedor social y se vio rodeado de eso que nunca se nombra en los informes ni en los dosieres que prepara: pobres.

Quiso retirarse; pero la monja no lo dejó. Le sonrió y le dijo que no
 se preocupara, que la primera vez es la más complicada, que no debía avergonzarse de nada, que el cocido estaba buenísimo y que, de segundo, había filete empanado; que no se perdiera las vitaminas de la ensalada ni de la fruta, y que podía rematar la comida con un helado de los que había regalado una fábrica cuyo nombre obvió.


Se vio sentado a una mesa donde un matrimonio mayor, y bien vestido,
 comía en silencio sin levantar los ojos de la bandeja. Enfrente, un tipo con barba descuidada sonreía mientras devoraba el filete empanado y le contaba su vida; había perdido el trabajo, el banco se había quedado con su casa, después del divorcio no sabía a dónde ir; menos mal que las monjas le daban comida y ropa, y que dormía en el albergue bajo techo. «Al final, he tenido suerte en la vida, compañero; así que no te agobies, que de todo se sale…». No podía creer lo que estaba sucediendo. Nadie le había pedido nada por darle de comer, ni le habían preguntado por sus creencias. Se limitaban a darle de comer al hambriento, sin adjetivos.

Al salir, no le dio las gracias a la monja que le había dado de comer. Pero no fue por mala educación, sino porque no podía articular palabra. Una inclinación de cabeza. Ella le contestó con una sonrisa leve. «Vuelve cuando lo necesites y, si no estoy, di que vienes departe mía. Me llamo Esperanza».




Pregunta: 
¿Hay algún comedor social regido por ateos, por sindicatos o por partidos políticos?